ASALTO Y DESTRUCCIÓN DE LA CIUDAD DE SANTIAGO

FUNDACIÓN DE SANTIAGO*
12/02/1541
COMBATE DE TUCAPEL
03/12/1553

11 de Septiembre de 1541.

Tres horas antes del amanecer del día 11 de septiembre de 1541, los centinelas de la ciudad de Santiago dieron la voz de alarma para alertar a los vecinos. Indios sublevados que aprovechaban la ausencia de Pedro de Valdivia, que había marchado junto con noventa soldados para aplacar una insurrección indígena en el sur, se dejaban caer sobre la ciudad.

El mando de la ciudad en aquellos momentos había caído sobre Alonso de Monroy, el segundo al mando de Pedro de Valdivia, y fiel a su carácter, este soldado había tomado todas las precauciones para proteger la ciudad con los recursos de los que disponía. Los indios “creían, sin duda, encontrar desapercibidos a los castellanos, y consumar en poco rato su completa destrucción. Pero los defensores de Santiago estaban sobre aviso, y en breves instantes todos los defensores de Santiago estaban sobre las armas.”[1]

El asedio y defensa de la ciudad duró todo el día y de acuerdo a Barros Arana, fue feroz y tenaz, tanto de un lado como del otro, llegando a un punto álgido cuando Inés Suárez, la amante de Valdivia y la única mujer del grupo, quien entre que curaba a los heridos y animaba a los soldados, decidió decapitar a siete caciques que se encontraban presos en la ciudad, llevándolo a cabo con la ayuda de otros soldados. Las cabezas fueron arrojadas sobre la indiada, provocando espanto entre sus filas.

El ataque continuó durante todo el día y lo que realmente determinó el curso del combate fue una carga de la caballería castellana, que involucró tanto a los soldados, como a los indios auxiliares y a Inés Suarez. “Dieron a los pelotones de bárbaros tan terrible carga que los dispersaron en todas direcciones haciendo entre ellos una espantosa carnicería. La noche vino a poner término a la jornada y a la persecución de los fugitivos.”[2]

Este ataque supuso la pérdida total de la ciudad de Santiago. A la llegada de Valdivia, quien regresó en cuanto pudo, se encontró con una desolación tal que nada había quedado en pie y a los defensores de Santiago con lo puesto. “Del combate de ese día, y del incendio de la ciudad, solo salvaron tres porquezuelas y un cochinillo, un pollo y una polla”[3] de los que se dispuso fueran cuidados con extremo celo.

Santiago habría de ser reconstruida con muchísimo esfuerzo.

Nota al pie:
[1] Barros Arana, Diego. “Historia General de Chile. Tomo I.” Rafael Jover Editor. Santiago, 1884. pp. 242.
[2] Ídem. pp. 244.
[3] Ídem. pp.247.

4 Comments

  1. Moises dice:

    Valdivia, deja sola la ciudad con 30 españoles, para atacar a otro longko, sabiendo que esta ciudad seria atacada, sale con 90 soldados, Es algo estúpido. Este quería deshacerse de todos en esa ciudad, muchas rivalidades, que de alguna manera le objetaban sus ordenes.

  2. Moises dice:

    Todo lo acontecido con los números de indígenas, es irrisoria, se habla que las huestes indígenas atacaban con 16.000, 10.000, en algunos escritos llegan a ser 20.000, mientras que los soldados españoles eran 70, 0 30, creo que simplemente es lo mas estúpido que se puede hacer escrito. pensemos que si estos 16.000 o 10.000 naturales agarran un peñasco, o piedra, y se las arrojan, estas huestes quedarían molidos, ¿o no?,o les arrojan una lanza, quedarían como harneros, ¿o no?. ¿los escribanos españoles le debían mucho a Valdivia? o estos ¿serian premiados de alguna forma?, decir que eran como alemanes, pero ellos ganaron, y al salir del territorio de Arauco, dejan fogatas encendidas para confundir a los Mapuches, que se puede decir, entonces: ellos perdieron, y para no ser aniquilados escaparon. Se deja de lado a los enemigos de los mapuches, quienes participaron con Valdivia, no se habla de los Yanaconas, gente parte del servicio y parte del ejercito español, jamas se habla quien eran los colonos, ¿los mismos arcabuceros?, ¿la caballería? se habla de niños españoles, ¿cuantos eran estos?, quienes eran realmente el contingente de Pedro de Valdivia, en que traían sus municiones, sus toldos, las herraduras, sus ropas, sus armas. ¿realmente Valdivia salio con 11 soldados?, sabiendo que Almagro ingreso a Chile con 12.500 personas. POR LO QUE PUDE LEER, VALDIVIA TENIA UN PLAN BIEN URDIDO CON FRANCISCO MARTÍNEZ VEGASO, a lo que creo yo es que querían unir Perú y Chile y hacer un solo país y quienes mandarían serian ellos, o quizás algo mas grande, es inquietante saber ¿cual seria este plan?. Debemos saber que el fue el único que trajo una mujer, sabia a lo que venia y sabia cuanto duraría este proyecto. hay un poco de morbo en esto. recuerde que Valdivia dijo que Francisco Pizarro, había muerto, cuando murió varios días después, Vegaso se devuelve al Perú por que estaba herido, se devolvió para matar a Pizarro, tal fecha de tal año. Este demoro algunos días y ese fue un error fatal. Quienes destruyeron todo este plan fueron los mapuches, los que lo mataron y no siguió a su anhelado Estrecho de Magallanes. Creo que hay mucho que decir y opinar sobre la conquista de Chile, pues hay mucho al azar.

  3. Mauricio dice:

    Sin contar la desventaja tecnológica y la exageración de los números por parte de los historiadores de la época (es más probable que hayan sido entre 5 y 8 mil indígenas convocadas de las tribus de centro-sur, contra 30 españoles comandando 1000 yanaconas), debes tomar en cuenta que:

    – Era acero de Toledo (probablemente de segunda mano), contra piedra golpeada/tallada (tal vez pulida). Morriones, petos, gambesones, rodelas, picas y sables, contra arcos de corto alcance, lanzas y garrochistas de aun menor alcance, hombres con garrotes que no han visto acero en su vida y si bien dudo que usaran boleadoras, tal vez tenían conocimiento de ellas, pero seguían sin rendir frente al arsenal de final del medioevo y el renacimiento.
    – Son caballos con mucha campaña por detrás, no se asustan tan fácilmente. Un jinete atropella y arranca cabezas y un indígena no le apunta al jinete sino a la bestia.
    – Por pocos que fueran los arcabuces, te reducen dos líneas de pechos desnudos en una descarga y asustan a los que están detrás, sembrando pánico. Si es que luchaban en formación, y es poco probable.
    – No puedo hablar por todos los conquistadores involucrados, pero Valdivia no era un ignorante de la táctica del Tercio, fue veterano de las campañas Italianas de Carlos V contra Francia y el Milanesado, y de la rebelión de los Encomenderos que enfrentó a los propios conquistadores con sus pares. Si quienes lo seguían eran allegados o conocidos de alguna de esas campañas, seguro sabían como lidiar con enemigos aún peores que Michimalonco.

    Hablamos de pueblos originarios que luchaban entre sí desde hacía siglos, uniéndose por temas de conveniencia, frente a españoles que de volver a Perú, se hundirían en la miseria, endeudados y en la infamia (o como le pasó a Almagro, morir decapitado). El propio Valdivia se había endeudado antes de empezar la campaña, era el proyecto de su vida llegar al Estrecho de Magallanes que separaba el Pacífico con el Atlántico y fundar una ciudad y puerto allí, controlando el comercio transoceánico, algo que al final no pudo realizar. Eran lo que se llama “hombres sin nada que perder” más que sus vidas, España ya no era una opción.

    Por último, hay en la historia de España (o de la civilización en sí), un precendente que quiero relacionar a este evento. Cuando el líder Visigodo, Teodorico, fue muerto en la Batalla de Chalons (451) contra el Rey Atila de los Hunos, el general Romano Flavio Aecio propuso al hijo del godo presente en combate, Turismundo, como el nuevo rey. Posterior a la retirada de Atila, Aecio mandó a Turismundo de vuelta a Tolosa, para que garantizara su puesto y nombramiento como Rey ante su consejo y sus rivales políticos (la monarquía visigoda era electiva, ser hijo del rey te daba ventaja más no garantía), lo que hizo llegando a un acuerdo con el propio Aecio. Ahora, imaginemos o supongamos que las tribus mapuche tuvieran en ese entonces un orden similar (más no igual) al que tenían los visigodos, y tus caciques mueren ejecutados en un combate que tal vez solo el propio Michimalonco quería. Estás rodeado por tribus rivales unidas solo por la conveniencia y la posibilidad de que los hubiesen rescatado. Garantizando que había parientes de estos caciques muertos mandando tropas ¿Te quedas a ultimar a los españoles y yanaconas con la alta posibilidad de sumarte a los muertos, o te retiras sabiendo que hay un vacío de poder en tu tribu que podrías llenar con un familiar, un amigo o incluso tú mismo? Habría que aclarar si el orden tribal mapuche era sanguineo o meritocrático, pero independiente de eso, los vacíos de poder son muy atrayentes de todas formas. Contemos además que Michimalonco de haber conseguido una victoria, podría haberse levantado como líder indiscutido de la región y hacerse con poder absoluto frente a tribus y jefes menores, algo que seguro a sus rivales les hubiese costado aceptar.

    Hago estas suposiciones asumiendo que no era la primera vez que las tribus de del centro-sur de Chile se enfrentaban a los españoles y que no eran tan supersticiosos o ingenuos como para asustarse por meros caciques decapitados por Inés de Suares. Hay que tomar en cuenta cualquiera de las razones, técnicas, sociales, psicológicas e incluso políticas detrás de una victoria tan improbable. Me niego a pensar que la supervivencia de nuestra capital haya sido por mero miedo a una viuda con sable, un milagro de Santiago el Apostol o que los números fueran menores o mayores dependiendo quien escribiera, de hecho no conocemos la version mapuche porque ni escritura tenían.

  4. Camilo dice:

    Un asco la historia que muestra está página, bueno que más vamos a esperar del ejército que ha matado a más chilenos que extranjeros en guerras regulares…

Responder a Moises Cancelar la respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *